En esta segunda tanda de bolsos tuve una delicada experiencia de probar una fibra de oveja merino directo desde el productor. Es una emoción inexplicable el sentimiento de ser conciente de la trazabilidad de un producto sobretodo cuando esta hecho a mano, después de todo es mi materia prima, la calidad que representan las piezas. La característica más importante fue la suavidad, el tacto del vellon fue superior a otros que había probado con anterioridad. De lo que no tengo registro y debo estar atenta con esto ya que es lo que más esfuerzo y tiempo conlleva es el registro de hacer el bolso! Fibras, agua y fricción. Moldeado, secado, fuerza, fuerza, fuerza. Para después con mucha fe meterlo en un baño de tinte al vapor sin tener idea del resultado. Sobre lo aleatorio y lo arriesgado, una pasión personal.
Hay un momento de incertidumbre en el proceso de fijar el pigmento sobre la fibra, después de tanto trabajo el resultado puede no ser el esperado pero…
El increíble color naranja directo del eucalipto sobre el bolso de merino y una extrema satisfacción por este sentimiento circular entre el lugar que vivo y lo que me dá. Gracias Patagonia!